SÁBADO DE ESPIAS, FIESTAS Y NEVERAS

Hoy ha sido un día bastante completo. Por la mañanita, mirar maaas correos de fabricantes de antenas (a ver si encontramos la antena adecuada antes de irnos a Rusia) y un poquito de sueco.

A mediodía, visita al museo del Ejército a visitarlo antes de que vuelvan a cobrar por entrar (muchos museos de Estocolmo son gratuitos, pero dicen que esto se va a acabar pronto). En el exterior del museo había algunos vehículos bastante chulos, mola verlos en invierno con toda la nieve, como en esta fotillo del año pasado.
Dentro del museo había de todo, desde uniformes de soldados hasta armas para que las probaras (descargadas y encadenadas, no os asusteis :)). Además tenian una exposición sobre espías, con su maquinita Enigma y sus historias de espías famosos. Había además una habitación con cámaras con su espejo/habitación, como los de las comisarías de la tele. Menudas risas golpeando el espejo para ver si los de la habitación miraban :D. No mencionaban nada sobre James Bond, a pesar de que dentro de nada estrena peli. No se puede tener todo, James.
Después, a almorzar en un pseudo-buffé de pizza. Pseudo porque no nos dimos cuenta de que solo había buffe los días de diario. Aún así, salió económicamente viable (un buffé de ensalada da para mas de una persona, y si no que nos lo digan a nosotros ;)). Nos llevamos unos cuanto recuerditos, como podeis ver aqui.
Una vez saciada nuestra gazuza, retornamos cada uno a su nido. Un poquito de curro y nos ponemos vamos a una fiesta de Kista (gracias Jorge, Irene, Javi & cía), en la que la representación helena pegaba con fuerza. Se celebraba el cumpleaño de tres griegos, así que organizaron una juerga en una de las cocinas comunes. Un poquillo petado, pero invitaron a bebida, como podeis en la foto de la derecha. No les pregunte si les devolvían kronor por los envases...

Pero ahi no acabaron las aventuras de Kista. Dandonos un paseito por los pasillos, Jorge, David, Irene y yo vimos que iban a tirar unas neveras que están cambiando. No tenían nada roto, y entonces me imaginé mi cuartito de Lappis con una neverita bajo la mesa, con sus refresquitos en verano, su frutita...y montamos la operación "Mini-Nevera durarera". Desgraciadamente, la idea no prosperó: justo cuando ibamos a salir a la calle con las neveritas (una para mi, otra para David), nos encontramos a los vigilantes de Kista Galleria. Nos informaron muy educadamente de que, aunque estaban en la basura, el dueño de Galleria dispondría de ellas como quisiera. Y que nos agradecerían mucho que las pusieramos donde estaban. Ante tal despliegue de buenas maneras (no quiero ni imaginarme la misma situación en España :o), volvimos a dejar las neveras en su sitio. Ay, que nos perdió la ambición (y la mala suerte).
El resto, lo de siempre. De vuelta a Lappis y a cambiar el reloj, para dormir una horita más (aaaaaah). Y como regalo, os dejo videos de uno de los recuerdos de mi niñez: Los Aurones. Me encariñé mucho del bicho verde Poti Poti, que largaba cabezazos como un boxeador sonado. Sin grandes frases ni dilemas psicológicos. De hecho, hablaba bien poco. ¿Será el abuelo de los Teletubbies? Tiemblo de pensarlo...
A disfrutarlo!